Con la comunicación no solo generamos notoriedad, sino que nos posicionamos en nuestro sector de actividad como referentes de nuestro mercado.
Porque comunicar es mucho más que lanzar notas de prensa. Comunicar significa difundir los mensajes que buscamos trasladar a nuestros potenciales clientes.
Y en esa tarea la empresa también transmite sentimientos, costumbres, emociones… Porque cuando emitimos un mensaje desde nuestra organización buscamos ser coherentes con nuestra misión, visión y cultura empresarial.
Antes de la crisis sanitaria ( y económica) casi un 75% de las personas trabajadoras en España quería teletrabajar pero no les dejaban.
La comunicación externa se caracteriza, por lo tanto, por la intencionalidad. Debe ser proactiva, nunca reactiva. Ha de adelantarse a las demandas del público objetivo y demás actores que dialogan con nuestra organización. Y, por supuesto, la comunicación busca despertar el interés de los que no conocían nuestros productos o servicios… en definitiva, generar ventas.
Y es que la comunicación está cada vez más ligada a la cuenta de resultados de la empresa. Por todo ello, antes de comunicar… pensemos un plan de actuación.
A la hora de elaborar un Plan de Comunicación es necesario tener en cuenta los actores externos: clientes potenciales y reales, líderes de opinión, asociaciones de consumidores, mercado, competidores, instituciones públicas, proveedores, accionistas y medios de comunicación, entre otros. Todos nos van a servir de guía y de referencia para articular nuestro discurso corporativo .
Normalmente, los planes de comunicación se concretan con el cierre de cada ejercicio económico, si bien, su redacción ha de ser flexible y adaptable a los cambiantes avatares del mercado y de la propia actividad de la empresa.
Lo que no puede faltar nunca en un buen plan de comunicación es un análisis DAFO del estado de la compañía con respeto al mercado, sus competidores, así como las características internas de la entidad. Esta será la premisa de la que partamos a la hora de diseñar nuestras acciones.